Seguridad, se sienten satisfechas si creen que hay menos posibilidades de que el infractor vuelva a cometer nuevos delitos. La justicia restaurativa y los procesos restaurativos favorece esta seguridad, por cuanto si el infractor asume voluntariamente el daño que ha causado, es más seguro que no vuelva delinquir por tanto habrá menos riesgo de que otros miembros de la comunidad se conviertan en víctimas.
Información y respuestas. Las víctimas dicen que una de las mayores frustraciones es la dificultad en encontrar por parte de las autoridades judiciales información sobre la evolución de sus casos. De hecho, alguna de las víctimas afirman que es lo único que desearían conseguir del sistema judicial.
Hacía la mitad de la instrucción de las causas, la satisfacción de las víctimas empieza a decaer y continua así por la falta de información del progreso y evolución de sus casos. Las víctimas necesitan saber, implicarse y sentirse parte esencial. La Justicia Restaurativa, precisamente favorece el protagonismo de las víctimas, las hace parte esencial.
Que se le cuente la verdad y se la de el “poder” para tomar parte en un proceso que las afecta tan directamente como es el delito. Por esto, necesitan participar y ser consultados durante todo el tiempo que dure la tramitación. Lógicamente esta necesidad va íntimamente ligada a la de información y respuestas, y es que muchas víctimas necesitan comprender el por qué del delito, y sobre todo quieren conocer de forma real cuales pueden ser sus expectativas con respecto al resultado del juicio y su posibilidad de obtener una reparación adecuada a lo que necesitan. La justicia restaurativa y los procesos como la mediación penal, promueven una oportunidad para que las víctimas puede obtener respuestas a sus interrogantes y puedan ellas mismas, decidir qué desean para sentirse reparadas.
Muy relacionada con esta necesidad de participación, esta otra y es la necesidad de:
Reconocimiento. La víctima quiere que se la estimule para sentirse parte de la justicia. A través de la participación, restauración emocional y reparación material del daño se la está dando el reconocimiento y el valor que tiene como persona y como víctima para que así la experiencia de la victimización se resuelva de una forma satisfactoria. Necesitan sentir que son respetadas y que la comunidad está con ellas, que sienten su dolor y no están solas. La justicia Restaurativa, mejor que nada, lo que hace es devolverlas el control de su vida, las hace sentirse escuchadas, acompañadas y comprendidas.
En cuanto a la restauración emocional, se puede decir que mientras los juzgados y los abogados hacen referencia al daño y sufrimiento experimentado y en ciertos casos son adoptadas sentencias con condenas económicas para compensar este daño, las víctimas suelen afirmar que el daño moral solo puede ser sanado por un acto de reparación emocional. La mayoría de los delitos son estresantes, lo que conlleva sentimiento de vulnerabilidad, enfado, desconfianza, vergüenza o auto culpabilidad.
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